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miércoles, agosto 22, 2007

EL DIA MÁS FELIZ DE MI VIDA SAN JOSE VAPULEA A LOS ORIENTISTAS EN EL CAPRILES


¡No!
Grite desesperadamente como para que me escucharan hasta los cielos. No podía creer que a tan solo siete minutos del final del partido, Oriente Petrolero nos empatara. No era justo y desde lo más profundo del corazón salio un ruego, una suplica. Dios, por una vez aunque sea solo por una vez, danos la alegría de saber que nosotros también podemos ganar y que no llevaremos el estigma de la derrota para siempre, la que parece emparentarnos con el destino cruel que les depara a todos los mineros. Danos una alegría, una sola… ganar esta noche.

En realidad el encuentro de definición por un lugar en la Copa Libertadores había comenzado mucho antes. Cuando en Santa Cruz, en un cotejo que no se podía ganar, porque todo estaba listo para que triunfaran los petroleros, alguien decidió que los “Santos” tenían mejor equipo y había que dejarlo sin sus principales elementos para la final.

En un fallo que fue un escándalo (que fue denunciado por el abogado Michel, del Tribunal de Justicia Deportiva), ocho jugadores, si, ocho jugadores fueron sancionados en tiempo record, /24 horas), y San José debió encarar el encuentro casi con suplentes. Pero no importaba que no estuvieran valencia, Pérez y otros mas, todos los orureños apostamos a la victoria y aquí estamos, en el estadio, viendo como le ganamos uno a cero a Oriente con un gol de Lezcano, de penal; sin embargo, la gloria no se conquista si no hay sangre (como la de Galarza tras una alevosa patada de un delantero brasileño de Oriente), sudor (como la de todos los jugadores en la cancha) y lagrimas ( como la de la hinchada en el estadio y en Oruro).

Mientras miraba el cielo buscando respuesta a los parques, cuando baje la cabeza supe que mi buen dios me había escuchado, el árbitro cobro posición adelantada, el gol no valía. Faltaban menos de dos minutos para el final, estaba en la segunda cajetilla de cigarrillos, en el tercer litro de café para calmar los nervios, y jamás, juro que jamás, el reloj avanzo tan lento. Encima el reloj ¡pero por que no avanza! Lo miro cada tres segundos y los dos minutos finales me parecen una eternidad. Allí va otra vez Oriente, allí esta nuevamente Galarza (que arquerazo).

Finalmente, después de tanto sufrimiento, se escucha el pitazo final. Me abrazo con mis amigos, con esa señora que esta al lado, con ese señor que tiene el rostro empapado por las lagrimas de alegría; es que esta no es una victoria de San José es una revancha de los orureños y que carajo, pásenme esa chela para que le meta un seco.

Casimiro
Nota aparecida en el Periódico La V, Año 1, Edición 1, en fecha 27 de julio de 2003.


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