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lunes, enero 17, 2011

Joaquin Botero ‘Entre todos debemos jalar el carro’


La RAzon

El orureño San José hace posible que esta temporada regrese al fútbol boliviano uno de sus máximos goleadores. En su trayectoria dentro del país sólo vistió la camiseta de Bolívar, con la que anotó 147 tantos en los certámenes ligueros. Además, es el goleador histórico —con 20— de la selección boliviana. Botero dice que, a diferencia de su renuncia ocurrida en mayo del año pasado, no le cierra las puertas a la verde. Por el momento, quiere cumplir con el club que hace realidad su vuelta.


– En San José, ¿qué Joaquín Botero vamos a ver?
– Se verá a un Botero de mucho sacrificio, de mucha entrega, que sude la camiseta. Daré mi mayor esfuerzo y buscaré marcar goles, es para eso que me han traído. Creo que aquí todos estamos ilusionados, los dirigentes son nuevos y están ilusionados, y mis compañeros confían en hacer un buen campeonato; entonces, entre todos, debemos jalar el carro para un mismo lado y que San Jose cumpla con el objetivo de ser campeón.
– ¿Sabes a qué fútbol boliviano estás regresando?
– Todos teorizan con el cambio y aún no se nota el famoso cambio, una prueba de ello es que algunos clubes no quieren ceder a sus jugadores convocados por el cuerpo técnico de la selección. Yo creo que todos debemos tomar conciencia sobre si de verdad deseamos mejorar, y para lograrlo todos debemos aportar con trabajo y sobre todo con entendimiento.
– Con tantos años en el fútbol, ¿el goleador nace o se hace?
– Creo que nace porque lo primero es tener condiciones para jugar en este puesto, te tiene que gustar y lo tienes que sentir. A partir de ahí trabajar bastante en muchos aspectos técnicos. Pero uno debe tener ese olfato y ubicarse bien en la cancha. Si tiene una buena lectura de juego, aquello se perfecciona con los años.
– ¿Es cierto que para que jugaras en Bolívar mucho tuvo que ver el profesor Abdul Aramayo?
– El profe fue importante para mí, porque él fue quien luchó y me hizo quedar en la división juvenil. Había otra gente que quería que me fuera. El profesor Aramayo se opuso a esas personas y a mí me dijo ‘tú no te vas, te vas a quedar’. Le estoy muy agradecido y que sirva este medio para enviarle un saludo.
– ¿Por qué cuando debutaste en la Liga no hacías goles y recién estos aparecieron dos años después?
– Porque el profesor Jorge Habbeger me hizo debutar el 97 como lateral derecho, a mí no me gustaba, pues yo era delantero, así que no rendí y me enviaron a Mariscal Santa Cruz, en la asociación, para adquirir experiencia. Al siguiente año empecé la pretemporada en Bolívar, pero me prestaron a Municipal para la asociación. Salimos campeones y jugué la Copa Simón Bolívar, en ambos torneos fui goleador. Terminó el año y retorné a Bolívar, esta vez, a órdenes de Luis Orozco, el 99. Me dijo que me daría una oportunidad como atacante y fue con suerte, pues de inicio nomás hice dos goles (frente a Blooming).
– ¿Tu mejor año fue el 2002?
– Fue uno de mis mejores años porque marqué 49 goles en la Liga, cifra que creo que aún es récord nacional. Fui premiado y esa campaña sirvió para que por primera vez saliera a México, al club Pumas. Ese año fue inolvidable, pues lo tenía a Gatty Ribeiro, que jugaba como lateral derecho y me asistía centros o pases de gol.
– ¿Cómo se inició tu periplo a nivel internacional?
– Fue importante lo hecho en el 2002, pues al siguiente año jugamos Copa Libertadores, enfrentamos a Pumas, y éstos me ficharon. Fueron dos años buenos en mi carrera, el 2004 salimos campeones de los torneos cortos, el Apertura y el Clausura, algo que nunca se había dado en el fútbol mexicano. Posteriormente ganamos la Copa de Campeones, con Hugo Sánchez como DT (el técnico que lo llevó a México).
– De esa transferencia, de Bolívar a Pumas, se habló mucho...
– Sí, salieron a relucir muchas cosas. Por ejemplo, los dirigentes (de Bolívar), encabezados por Mauro Cuéllar, nunca me pagaron el diez por ciento que me pertenecía, incluso se manejaron cifras que no eran. Dijeron que me vendieron en 800.000 dólares, cuando la cifra real fue de 1.200.000 dólares. Hasta ahora no me reconocieron el porcentaje, espero que los actuales dirigentes lo hagan. Sé que hay un proceso, incluso me llevaron a declarar y yo simplemente dije la verdad. Si lo ganan que me cancelen lo que me corresponde.
– ¿Por qué no rendiste bien en el San Lorenzo argentino?
– Surgieron problemas, descubrí cosas turbias en la parte económica, así que opté por agarrar mis cosas y marcharme. Volví al país, estuve ocho meses sin jugar hasta que apareció el Deportivo Táchira, de Venezuela; fui allá, el certamen había comenzado, querían que fuera figura, pero físicamente no estaba bien, entonces vinieron las lesiones y también dejé ese club.
– ¿Alguna gente dice que cuando el 2008 volviste a Bolívar ya no eras el mismo de antes?
– Tal vez no hice la cantidad de goles de otras temporadas, pero por algo surgió una nueva oferta del exterior, la del Correcaminos, de la segunda división mexicana; ahí sí no me fue muy bien. Y el año pasado fui para Arabia, al Al Arabi Club, me quedé cinco meses, aunque el idioma y la forma de vida fueron mi principal obstáculo, no logré acostumbrarme y me tuve que volver. Estoy de regreso y ojalá en San José las cosas mejoren.
– Mucho se habla de que al futbolista boliviano le cuesta cumplir con algunas cosas porque es indisciplinado...
– Lo que pasa es que en el país al jugador no lo entienden, la gente piensa que si un futbolista bebe algunas cervezas es indisciplinado, cuando en otros países es natural. Lógico, uno no debe exagerar, y si bebe debe hacerlo moderadamente y en días que no perjudique a nadie. Los futbolistas somos personas como cualquier otra, en ello debemos ser más humanos, los futbolistas también debemos tener momentos de esparcimiento.
– ¿Tu regreso al fútbol boliviano puede servir para que también vuelvas a la selección?
– Por el momento quiero ponerme bien física y futbolísticamente; no jugué seis meses. Después veremos y analizaremos, porque para uno es tentador estar en la selección, mucho más cuando se va a disputar la Copa América. Yo dejo lapuerta abierta, no la cierro.
– ¿Por qué cerraste tu ciclo?
–  No me gustan mucho las concentraciones largas. Me vuelvo loco, el encierro me acobarda, no me agrada, es complicado, por ello tomé en su momento esa decisión.
– ¿Qué fue lo más lindo que viviste con la Selección?
– Fui convocado a varias selecciones, pero el recuerdo más lindo y grato es de la anterior eliminatoria, cuando le ganamos a la Argentina 6-1, al equipo que era dirigido por Diego Armando Maradona y que vino con todas sus figuras, incluido Lionel Messi. Les ganamos merecidamente, fue una tarde histórica.
– ¿Es cierto que los argentinos les pedían que no hicieran más goles?
– Cuando íbamos cuatro a cero, si no me equivoco, fue Wálter Samuel quien me dijo que ya no convirtiéramos más, que paráramos, pero nosotros seguimos y metimos dos más, fue inolvidable ese triunfo.
– Argentina y Bolivia se verán de nuevo en la Copa América que viene, ¿será una revancha?
– Para Bolivia, el hecho de debutar ante Argentina debe ser algo motivante; sin pensar en nada más, la selección tiene que ir bien preparada.

De faenar en El Dorado hasta llegar a Tembladerani

Del niño que faenaba con toros y vacas junto con su padre en la estancia de El Dorado, en la provincia paceña de Iturralde, hasta llegar al internado que Bolívar tiene en el barrio de Tembladerani, la vida de Joaquín Botero Vaca dio un giro decisivo, porque se metió al fútbol.

“Mi papá, Tiberio Botero Cortez, era capataz. Él me enseñó a derribar reses para luego faenarlas. Aparte de ir a la escuela siempre me encantaba jugar al fútbol, pero en el lugar sólo había hasta básico, por ello salí hasta Rurrenabaque”.

Una vez en Rurrenabaque, aparte de estudiar, jugaba en el campeonato con equipos como Independiente, Cerro Porteño, Primero de Mayo y otros. “Me vieron los de la Academia Tahuichi, hablaron con mi padre y me dieron una beca; sin embargo, la división juvenil de Bolívar llegó y me invitaron a La Paz. Iván Monje. dialogó con mi papá y lo convenció.

El primer día asistieron más de cien muchachos a la prueba, yo dije acá no me quedo, pero me aceptaron y me llevaron al internado. Así empecé a ser futbolista”.

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